Los ayuntamientos andaluces han despedido ya a dos mil personas

En el ámbito de la función pública nos vamos a encontrar con la aplicación estricta de la teoría que viene pululando desde hacer ya tiempo sobre el modelo de Estado, y que se resume en reducir el número de administraciones públicas y dejar los servicios que ofrecen en la mínima expresión.

Tenemos ya dos mil despedidos en los ayuntamientos de Andalucía, tenemos diputaciones con recortes de servicios o planteamientos para llevarlo a cabo en breve (los llamados planes de viabilidad: Y en otras Autonomías… pues ya sabemos lo que está pasando.

Francia ya ha anunciado (tras despedir a miles de empleados públicos) que en 2012 despedirá a 35.000 funcionarios. Y lo mismo en otros países.

Puede que la gente piense: lo de Grecia no va a llegar aquí. Pues bueno, probablemente a España no la rescaten, pero la oportunidad para introducir las medidas laborales ya aplicadas en países rescatados, llegará con toda su crudeza en los próximos meses.

Nos vamos a encontrar ante una pérdida de derechos como ciudadanos que va a propiciar que nuestro mercado sea lo que ellos quieran que sea. Cuando hablan de reformas profundas, nos hablan de que los cambios tienen que ser de tal calado que abrirán la puerta a un nuevo modelo de trabajo donde los derechos de los trabajadores acabarán siendo ridículos e incluso inexistentes.

Miedo, ignorancia e indiferencia: nuestros tres grandes enemigos.

Y quienes están haciendo esto cuentan con importantes aliados: el miedo de la gente (la gente hoy por trabajar está dispuesta a hacer cualquier cosa y a cualquier precio, sin rechistar: unos por necesidad, otros porque creen que no hay otra salida), la resignación (hay gente que piensa que no hay nada que hacer) y la indiferencia (como si no fuera con nosotros): o los que están en el paro y no aparecen en las manifestaciones, o las 400.000 familias en Andalucía sin ingresos pero que no se ven por ningún sitio.

Pareciera como si el que es víctima de este tipo de situaciones optara meramente por esconderse. Sabemos que las colas de Cáritas crecen pero la gente ni protesta ni se mueve.
Pero como sindicato no podemos seguir en esta dinámica. Es imprescindible ponernos a la faena para convencer, discutir, debatir… En las empresas, en los centros de trabajo, en la calle...

Esta no puede ser la generación que pierda todos y cada uno de los derechos conseguidos en el mercado laboral. Esta no puede ser la generación que admita, acepte o permita que nuestros servicios pasen a ser otra cosa: que nuestros problemas de salud, educación o dependencia pase a ser un negocio privado de unos pocos.

Hace un mes y pico empezamos a convocar a la gente. Y es difícil. Pero esto es parecido al inicio de un fuego: o te mueves o te achicharras. Si el miedo te atenaza, caes. Si intentas esconderte debajo de una mesa, terminas achicharrándote. No hay más salida que hacer frente para evitar que se pongan en práctica el conjunto de medidas que intentan aplicar.

Manuel Pastrana