Un gobierno que no tiene respeto a sus mayores, que no vela por los menos favorecidos, que no protege a sus dependientes, no sólo merece irse, sino que además lo tiene que hacer con deshonra, sin honor y con vergüenza.
Vergüenza de que sea incapaz de mantener el poder adquisitivo de sus mayores durante los próximos decenios, haciendo depender nuestro retiro de las cuentas del Instituto Nacional de la Seguridad Social.Vergüenza que argumente que el último año de Zapatero éste propuso congelar las pensiones -y ellos ejecutaron-, ocultando que en sus siete años de mandato se habían elevado como nunca antes en la historia de España.
Vergúenza de su falta de pericia por no saber equilibrar las cuentas elevando el tope máximo de cotización o dirigiéndose a la imposición general si no fuera suficiente el fondo destinado al efecto.
Vergüenza de un país que debiera introducir en su Constitución un tope mínimo, repito mínimo, al retiro de nuestros mayores. O que no tenga entre sus objetivos igualar la jubilación de nuestros mayores a la del resto de los europeos.
Vergüenza por ampararse en un informe, realizado por una comisión, compuesta en una buena parte por empleadillos de aseguradoras privadas.
Vergüenza porque lo que realmente pretenden es trasladar el actual sistema público, universal y solidario, por un sistema privado, de capitalización y mucho menos rentable para nuestros mayores.
Una vergüenza de gobierno, impostor de su programa, escaso de pericia, rebosante de intenciones, acreedores de nuestro porvenir.
@AntonioMiguelC
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