Preocupación en el Gobierno e incertidumbre sobre el alcance de la movilización protagonizan la tensa espera hasta que esta tarde dé comienzo la acción de protesta ´Rodea el Congreso´, que pretende, en su enunciado, poner fin a una situación que los organizadores consideran insostenible y que requiere un nuevo tiempo político al dar por agotado el actual. Las horas previas han estado protagonizadas por la guerra de insinuaciones, provocaciones y advertencias lanzadas desde el Ejecutivo y el PP.
La convocatoria del 25S llama a rodear el entorno del Congreso para “rescatar a la política de un régimen insostenible y depredador”. Los organizadores esperaban reunir a un número de personas capaz de provocar la caída del Gobierno, la disolución de la Cortes y el inicio de “un proceso constituyente” que derive en la redacción de una nueva Constitución y el establecimiento de un nuevo orden político, más democrático y “más social”.
Sin embargo, desde que surgió la propuesta en las redes sociales hace unos meses, da la impresión de que el ‘carácter revolucionario’ original se ha ido diluyendo para adoptar la forma de una enorme protesta que, cuanto menos, obligue tanto al Gobierno como a las fuerzas políticas a replantearse cómo están dirigiendo a la Sociedad desde una óptica estrictamente capitalista y muy alejada de la realidad que viven los ciudadanos, ahogados por los recortes, el desempleo y la falta de expectativas derivados una crisis de la que no se sienten responsables.
Las dudas sembradas sobre quiénes podían estar detrás de la iniciativa, con muchas voces apuntando a la ultraderecha, casi consiguió frenar la convocatoria, y de hecho, fueron muchos los grupos que decidieron retirar “su marca’ de la misma. Democracia Real Ya y los movimientos relacionados con el 15M se desmarcaron en su momento, lo que pareció una señal de que el 25S se podía quedar en algo anecdótico.
Pero, por un lado, han sido muchas las medidas aprobadas en los últimos meses por un Gobierno enrocado en el mantra de no gastar lo que no se tiene, decidido a despojar a la clase trabajadora del débil sistema de protección social, sobre todo si lo comparamos con los de otros países de la Unión Europea, impotente ante la sangría de puestos de trabajo y sin el valor de exigir a las rentas más altas y a las grandes empresas un esfuerzo, al menos, similar al que impone a los que no pueden sustraerse de las medidas de los temidos viernes de Consejo de Ministros.
Por otro, la Coordinadora del 25S ha sabido atenuar el mensaje de los primeros momentos, y aunque mantiene la idea original de “hacer caer al Gobierno” y lograr un “proceso constituyente”, en las últimas semanas ha preferido hacer más hincapié en el carácter de manifestación de malestar ciudadano. Ya no pretende, según los últimos comunicados, hacer una suerte de acampada, similar a la vivida el año pasado en la Puerta del Sol, hasta lograr el objetivo de la convocatoria. De hecho, el primer logo utilizado, cuando la protesta se denominaba Ocupa el Congreso, era una tienda de campaña y ha sido sustituido por otro que no invoque esa idea. Sin embargo, los organizadores desistieron hace ya muchos días de esa idea, y ahora el plan pasa por mantener la “presión ciudadana” sobre el Congreso hasta las 22.30h, hora en la que se pretende que la concentración se traslade a la Puerta del Sol para evaluar el impacto logrado a lo largo del día de mañana, y decidir en asamblea cómo continuar la acción en los días sucesivos.
Cabe la posibilidad, y eso dependerá del éxito de asistencia durante la jornada del martes, de que se decida repetir la movilización en el entorno del Congreso de los Diputados durante los días sucesivos, e incluso que se dé por finalizada la “lucha” en Madrid y trasladarla, como ocurrió tras la disolución de la Acampada Sol el año pasado, a ´asambleas populares´ en los barrios de las ciudades y pueblos de España.
EL GOBIERNO CONVENCIDO DEL ÉXITO DE LA CONVOCATORIA
Así, mientras todo está por escribir, quien parece más convencido de que Rodea el Congreso va ser un éxito es el Gobierno de Mariano Rajoy, cuya Delegada en Madrid ha dispuesto un impresionante dispositivo de más de 1.300 policías cuya misión será impedir a toda costa que los manifestantes lleguen siquiera a acercarse a la Carrera de San Jerónimo, donde los Diputados estarán reunidos en sesión plenaria. Los agentes tomarán literalmente las calles adyacentes al recinto parlamentario e intentarán crear un cordón que proteja a las Cortes.
INSINUACIONES Y ADVERTENCIAS
Previamente, en lo que parece una iniciativa destinada a justificar acciones policiales que repriman a los ciudadanos que se acerquen a la zona, la Delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, emitió una resolución ‘autorizando’ la protesta, aunque imponiendo una serie de limitaciones de espacio y tiempo que, con la excusa de “garantizar el legítimo derecho de reunión, pretende devaluar al plan previsto por los organizadores.
Uno de los motivos de la seguridad que parece tener el Gobierno en que la protesta será masiva proviene de la ‘gasolina’ que él mismo ha estado rociando en las últimas semanas sobre el ‘fuego del 25S’. La propia Delegada no ha dejado de lanzar descalificaciones, insinuaciones y amenazas sobre los promotores de Rodea el Congreso. A las ya publicadas anteriormente por Diario Progresista, hoy mismo hay que sumar que Cifuentes ha asegurado que la movilización "está apoyada por grupos de ultraderecha, algunos de ellos, con una ideología muy cercana al nazismo".
También ha afirmado, en lo que parece más una advertencia que un anuncio, que dispone de informes policiales que apuntan las "intenciones poco pacíficas" de algunos convocantes del movimiento del ´asalto´ al Congreso de los Diputados para la jornada de este martes, 25 de septiembre. En declaraciones a ABC Punto Radio, recogidas por Europa Press, Cifuentes indicó que le "preocupa" que las movilizaciones de hoy puedan "terminar mal" pues "siempre" hay grupos o personas que van a la movilización de cualquier tipo "para reventarlo". "En esta movilización me preocupa la radicalidad de algunas de las organizaciones que lo están apoyando", ha señalado.
Por ello, Cifuentes advirtió de que la Policía "va a actuar" de una manera "razonable y proporcionada" y se va "a dejar" que la gente que se quiera manifestar lo haga por el Paseo del Prado, "pero no se va a permitir que se rodee el Congreso".
Para la delegada de Gobierno en Madrid, el problema es que lo que algunos grupos pretenden "no es una movilización ciudadana por la situación actual". "Lo que se está promoviendo por parte de algunos grupos es un cambio de sistema político, un cambio constitucional, un movimiento que, en mi opinión, pretende una involución política", ha dicho.
COSPEDAL Y EL 23-F
A estas insinuaciones y advertencias se ha sumado también la Secretaria General del Partido Popular a tiempo completo y Presidenta de la Junta de Castilla La Mancha en sus ratos libres, María Dolores Cospedal, quien ayer recuperó la idea del ‘golpe de estado’ para atribuírsela al movimiento 25S. Cospedal, afirmó que la última vez que se "rodeó" la Cámara Baja fue durante el intento de golpe de Estado del teniente coronel Antonio Tejero el 23 de febrero de 1981.
"La última vez que yo recuerdo que se rodeaba y se tomaba el Congreso fue con ocasión del intento de golpe de Estado", aseveró Cospedal en desde su oficina permanente en la calle Génova. También añadió que Tejero ocupó el Parlamento porque "quería taparnos la boca a todos los españoles que habíamos elegido libremente a nuestros representantes y nuestro modelo".
"Ocuparon la casa que es de todos, donde se residencia la soberanía nacional e intentaron dar un golpe de Estado", ha insistido. "Eso es ocupar el Parlamento y tratar de contrariar la voluntad popular", señaló, al tiempo que manifestó que "estaría bien que estas personas --que acudirán a la concentración-- dijeran qué es lo que quieren decir". "No sé por qué hay que tratarlos de manera distinta” si lo que pretenden es ocupar la casa de la soberanía nacional. Desde el PP lo rechazamos tajantemente", concluyó.
Estas manifestaciones han provocado el rechazo del PSOE, cuya vicesecretaria general, Elena Valenciano, defendió ayer las protestas ciudadanas siempre que se produzcan "dentro de la ley", en referencia a Rodea el Congreso, que, a su juicio, nada tiene que ver con el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Valenciano manifestó que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, "se equivoca" cuando advierte, como hizo ayer, de que la última vez que se rodeó la Cámara Baja fue con el intento de golpe de Estado.
"Cospedal se equivoca porque en el golpe de Estado entraron unos militares con pistolas. La comparación no me parece la más adecuada", remarcó la dirigente socialista para a continuación dejar claro que quien se manifieste debe hacerlo "dentro de la ley". En este sentido, la vicesecretaria general recordó a los manifestantes que el Congreso es "la representación de la soberanía popular" y que "no existe otro espacio en el que mejor esté representada".
Se desconoce a qué se refería Cospedal con “tratar de manera distinta” a los que participen hoy en la manifestación de protesta, pero tanto sus insinuaciones como las de Cristina Cifuentes parecen responder a un intento de preparar a la opinión pública ante una dura respuesta de la Policía a la movilización prevista en Madrid.
La única realidad es que ni el Gobierno ni los propios organizadores saben realmente qué va a suceder este martes, y que habrá que esperar para saberlo. La Policía ya está tomando posiciones y cientos de personas viajan en autobuses y coches compartidos hacia Madrid. La espera será tensa hasta que esta tarde salgamos de dudas.
Diario Ptrgresista
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