Que una pareja de novios se encuentre una manifestación sindical al salir del lugar donde se acaban de casar y que, con los granos de arroz aún encima y con las fotos aún pendientes, esa pareja decida unirse a la protesta de más de 7.000 trabajadores andaluces es algo que a mi juicio habla con suficiente elocuencia del sexto sentido de la ciudadanía de nuestro país.
Para cualquier pareja, el día de su boda suele ser el día de sus fotos más memorables. Por eso su imagen en la pancarta de cabecera donde los empleados y empleadas de las Agencias Públicas andaluzas de Medio Ambiente y Agua y de Gestión Agraria y Pesquera reivindicaban este sábado en Sevilla la dignidad de sus empleos tiene, como dice el refrán, la elocuencia de más de mil palabras.
Esta imagen evidencia la poca mella que hacen en la ciudadanía las insidias de la derecha.
Esta imagen contrarresta tantos ataques de los voceros y mamporreros mediáticos de la caverna, que ya no saben qué hacer para acabar con los sindicatos.
A medida que más nerviosos se van poniendo, más van equivocando el tiro. Porque el problema, y ellos lo saben como lo sabe el gobierno del PP, no somos los sindicatos. El problema que tienen es que no van a conseguir engañar a la ciudadanía por mucho que se empeñen. Y el trabajo sindical no va orientado estrictamente contra el gobierno, sino contra la política que practica ese gobierno y que en estos momentos perjudica al ciudadano de a pie de manera clara y meridiana.
Por eso esta pareja se unió a nosotros y se hizo la foto en la pancarta, Porque, como la gran mayoría de ciudadanos, sabe que lo que está haciendo el gobierno con los recortes y la reforma laboral ensombrece su futuro y el de sus hijos. Y como la gran mayoría de los ciudadanos, esta simpática pareja sabe también que los sindicatos estamos para luchar con todas nuestras fuerzas para evitar que eso ocurra. Para defenderlos a ellos. A sus intereses. A sus derechos.
No cuela ya buscar el desprestigio de los sindicatos a cualquier precio. Por eso ahora van los ultramontanos tan a degüello a ver cómo demonios consiguen acabar con nosotros.
Esfuerzo inútil. Somos más, mejores y tenemos la razón.
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