Una de la madrugada, TeleCinco, programa de telebasura "La Noria", debate sobre la reforma laboral. Entre el público apareció ella, entrevistada, con lágrimas en los ojos, como sufrida campesina desempleada y sin recursos, que apoyaba la reforma laboral y decía no ser de ningún partido...
Obdulia, muy afligida por su situación personal, confesaba ser una pobre parada, con su hijo ingeniero en paro, agricultora y desesperada. Decía que apoyaba la reforma laboral del PP porque la veía como una buena medida para crear empleo, que creía que podría servir paraca acabar con el problema del paro.
Acto seguido, sin inmutarse, la señora confesaba, para escándalo generalizado, que un buen día, de esos que todo vamos a hacer nuestras compras en el supermercado del barrio, mientras ella, pobre mujer, andaba comprando una lata de anchoas (o de atún, tanto monta...), se cruzó por los pasillos del super con, nada más y nada menos, un tal Cándido Méndez, secretario general de UGT.
Resulta que vio con sus popios ojos como el amigo Cándido (por el que, como es conocido, desde esta redacción no sentimos la menor empatía/simpatía), compraba una lata de caviar. ¡Casi na! Ella, pobre trabajadora en paro, con un hijo ingeniero en paro, maviviendo a base de latas de anchoas (o de atún, tanto monta...), mientras el golfo de Cándido se pavoneaba por los pasillos con su lata de caviar del caro en la mano. ¡Habrese visto!, ¡qué poca vergüenza!
Ella, además, según afirmaba, no era ni simpatizante ni militante de ningún partido. Solo estaba allí a título personal para dar su opinión sobre la reforma laboral, nada más. Una opinión favorable, porque así se lo dictaba su consciencia de trabajadora en paro. Punto.
Toda una historia entrañable. Hasta que alguien en twitter subió una foto de la susodicha. Y, tras esa primera foto, empezaron a aparecer otras. ¿Una foto en la cola del INEM? ¡NO! Una foto de nuestra amiga en un mitin del PP, bufanda del PP al cuello. Y otra en un autobús de esos que el PP pone a sus militantes y simpatizantes para que puedan acompañar a sus amados líderes durante las campañas electorales. Y otra foto más en la que la señora aparecía junto al Ministro de Medio Ambiente en una cena de navidad de militantes del PP de Ciempozuelos. Y asi sucesivamente.
Uno de los tertulianos que en ese momento se encontraba en el plató, alertado por lo que se iba publicando en twitter, informó en directo, para toda la audiencia del programa, de la existencia de dichas fotos. ¡Y se armó la gorda!
La señora, ni corta ni perezosa, esgrimió que, efectivamente, esa foto era de ella, pero que todo se debía a una casualidad, ya que "vivía al lado de la sede del PP", y le pilló allí "por casualidad". Twitter echaba ya humo en ese momento, y las carcajadas de los twiteros se podían escuchar, con toda seguridad, hasta en lo más profundo de la Calle Génova.
Surrealista, ¿no? Pues aunque lo aquí contado no deje de ser una anécdota más de lo que a diario se puede ver en los programas de la telebasura española, no deja de ser tampoco una buena demostración del grado de falta de dignidad y carencia total de vergüenza y escrúpulos en la que la derecha española anda metida estos días a cuenta de justificar la reforma laboral.
Si bien, con toda la intención del mundo, hemos querido contar esta "noticia" con un toque de humor, ¿acaso existe mucha diferencia entre la actitud de esta persona, y las portadas que ayer sábado pudimos ver en medios como La Razón, el ABC, o La Gaceta?, ¿acaso difiere mucho el engaño, la mentira y la falsedad de esta mujer, de las intervenciones que los principales dirigentes del PP están llevando a cabo en relación a la reforma laboral y la convocatoria de huelga general?
No, la señora Obdulia no es un caso aislado ni es un elemento exótico en las filas del PP, bien al contrario, nuestra amiga es, sin quererlo, el reflejo perfecto de la derecha española, la viva imagen de su falta total de vergüenza y su carencia absoluta de dignidad.
Que a nadie le extrañe si pronto la vemos de tertuliana en Intereconomía, de columnista en La Razón o, lo que sería aún más acorde a sus "méritos", de Ministra de cualquier cosa en futuros gabinetes del Partido Popular. Desde luego, desentonar, en absoluto desentonaría...
Y por supuesto... a desbancado del ranking semanal a nuestra "modelo de empresaria de Translujosa" quedando pues en el segundo puesto de indeseables de este país.
Obdulia, muy afligida por su situación personal, confesaba ser una pobre parada, con su hijo ingeniero en paro, agricultora y desesperada. Decía que apoyaba la reforma laboral del PP porque la veía como una buena medida para crear empleo, que creía que podría servir paraca acabar con el problema del paro.
Acto seguido, sin inmutarse, la señora confesaba, para escándalo generalizado, que un buen día, de esos que todo vamos a hacer nuestras compras en el supermercado del barrio, mientras ella, pobre mujer, andaba comprando una lata de anchoas (o de atún, tanto monta...), se cruzó por los pasillos del super con, nada más y nada menos, un tal Cándido Méndez, secretario general de UGT.
Resulta que vio con sus popios ojos como el amigo Cándido (por el que, como es conocido, desde esta redacción no sentimos la menor empatía/simpatía), compraba una lata de caviar. ¡Casi na! Ella, pobre trabajadora en paro, con un hijo ingeniero en paro, maviviendo a base de latas de anchoas (o de atún, tanto monta...), mientras el golfo de Cándido se pavoneaba por los pasillos con su lata de caviar del caro en la mano. ¡Habrese visto!, ¡qué poca vergüenza!
Ella, además, según afirmaba, no era ni simpatizante ni militante de ningún partido. Solo estaba allí a título personal para dar su opinión sobre la reforma laboral, nada más. Una opinión favorable, porque así se lo dictaba su consciencia de trabajadora en paro. Punto.
Toda una historia entrañable. Hasta que alguien en twitter subió una foto de la susodicha. Y, tras esa primera foto, empezaron a aparecer otras. ¿Una foto en la cola del INEM? ¡NO! Una foto de nuestra amiga en un mitin del PP, bufanda del PP al cuello. Y otra en un autobús de esos que el PP pone a sus militantes y simpatizantes para que puedan acompañar a sus amados líderes durante las campañas electorales. Y otra foto más en la que la señora aparecía junto al Ministro de Medio Ambiente en una cena de navidad de militantes del PP de Ciempozuelos. Y asi sucesivamente.
Uno de los tertulianos que en ese momento se encontraba en el plató, alertado por lo que se iba publicando en twitter, informó en directo, para toda la audiencia del programa, de la existencia de dichas fotos. ¡Y se armó la gorda!
La señora, ni corta ni perezosa, esgrimió que, efectivamente, esa foto era de ella, pero que todo se debía a una casualidad, ya que "vivía al lado de la sede del PP", y le pilló allí "por casualidad". Twitter echaba ya humo en ese momento, y las carcajadas de los twiteros se podían escuchar, con toda seguridad, hasta en lo más profundo de la Calle Génova.
Surrealista, ¿no? Pues aunque lo aquí contado no deje de ser una anécdota más de lo que a diario se puede ver en los programas de la telebasura española, no deja de ser tampoco una buena demostración del grado de falta de dignidad y carencia total de vergüenza y escrúpulos en la que la derecha española anda metida estos días a cuenta de justificar la reforma laboral.
Si bien, con toda la intención del mundo, hemos querido contar esta "noticia" con un toque de humor, ¿acaso existe mucha diferencia entre la actitud de esta persona, y las portadas que ayer sábado pudimos ver en medios como La Razón, el ABC, o La Gaceta?, ¿acaso difiere mucho el engaño, la mentira y la falsedad de esta mujer, de las intervenciones que los principales dirigentes del PP están llevando a cabo en relación a la reforma laboral y la convocatoria de huelga general?
No, la señora Obdulia no es un caso aislado ni es un elemento exótico en las filas del PP, bien al contrario, nuestra amiga es, sin quererlo, el reflejo perfecto de la derecha española, la viva imagen de su falta total de vergüenza y su carencia absoluta de dignidad.
Que a nadie le extrañe si pronto la vemos de tertuliana en Intereconomía, de columnista en La Razón o, lo que sería aún más acorde a sus "méritos", de Ministra de cualquier cosa en futuros gabinetes del Partido Popular. Desde luego, desentonar, en absoluto desentonaría...
Y por supuesto... a desbancado del ranking semanal a nuestra "modelo de empresaria de Translujosa" quedando pues en el segundo puesto de indeseables de este país.
1 comentario:
La derecha siempre igual, engañando, engañando y engañando. la fulana esta es igual que la vasca esta que tenemos en utrera, una indeseable.
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