Las mujeres de los mineros humilladas y expulsadas inmediatamente del Congreso por decir "mentiroso". Otra, necesitó cuatro días para fabricar una excusa mentira y para recibir un cariñoso tirón de orejas ("que se jodan") por “revoltosa”.

Ayer se debatía en el Congreso una nueva propuesta sobre el problema minero presentada por el PSOE. Por ese motivo, una representación de las mujeres de este colectivo quisieron estar presentes en la Cámara, invitadas por los socialistas. Sin embargo, la policía obligó a las ,mujeres a desnudarse para permitir su acceso a la tribuna de invitados, donde fueron desalojadas por decir la verdad: llamaron mentiroso al portavoz del PP.

En efecto, el mismo Jesús Posada, que antes de ayer rubricaba uno de los episodios más bochornosos para la dignidad de la institución que preside, no sabiendo que hacer con la “patata caliente” que significaba la conducta bochornosa de Andrea Fabra y que sólo después de obtener el placet de Génova se atrevió a regañar “verbalmente”, hoy ha sido firme y duro con las mujeres de los mineros.

Temeroso del pueblo al que debería representar, el Congreso, en manos de la derecha, es un fortín blindado por la policía. Tras acceder los interminables filtros externos, las muejres de los mineros se disponían a acceder a la tribuna del público, invitadas por el PSOE para presenciar cómo sedebate el futuro de sus familias en el Congreso, cuando los agentes de seguridad interior del Congreso, siguiendo instrucciones muy precisas, desplegaron toda su capacidad devejación, coacción y humillación.

Según ha denunciado el Grupo Socialista en una carta remitida al presidente del Congreso, este colectivo ha recibido un trato "totalmente injustificado" y, según relata, han sido sometidas por parte de los servicios de Policía a "controles personales claramente desproporcionados y, en algunos casos, de carácter vejatorio".

Así, el PSOE señala que se les ha obligado a despojarse de su calzado y prendas de vestir, camisetas e incluso pantalones, exceptuando únicamente la ropa interior. Los socialistas recalcan especialmente que esto se ha hecho un día en el que, "por las elevadas temperaturas, el atuendo no facilita la introducción de instrumentos peligrosos ni la ocultación de medios que puedan utilizarse para alterar el orden público".

"Además, se nos hace difícil pensar que se haya dado el mismo trato al resto de asistentes a tribunas en la sesión de hoy, lo que añadiría un rasgo discriminatorio absolutamente inaceptable", indica.

Por ello, el Grupo Parlamentario Socialista ha trasladado su "más enérgica protesta" por el trato dispensado y le solicita que facilite a este grupo de mujeres y a los socialistas una explicación sobre la actuación policial, así como que "imparta las instrucciones oportunas para que no vuelvan a producirse situaciones similares".

Finalmente, el PSOE hace un llamamiento a Posada para que se abra una reflexión "sobre la persistencia de medidas y actuaciones, cada vez más frecuentes, que no facilitan a los ciudadanos la percepción del Congreso como una Cámara donde se encuentran sus representantes, ni la cercanía de las instituciones democráticas a los mismos ciudadanos".

Previamente, en su cuenta de ´Twitter´ ya había señalado que "las mujeres de la minería" han sido "cacheadas y conminadas a quitarse pantalones y zapatos" para entrar en la zona reservada a los invitados del hemiciclo.

Expulsadas por decir la verdad

Este grupo de mujeres ha sido este miércoles expulsado de la tribuna de invitados tras lanzar algunas de sus proclamas en el momento en el que intervenía el portavoz adjunto del Grupo Popular, Rafael Hernando, al que llamaron "mentiroso".

Enseguida todas las mujeres familiares de mineros se han puesto a corear la conocida frase "estas son las mujeres del carbón" en tanto que iban abandonando el hemiciclo entre los aplausos que les han dirigido los diputados del PSOE.

Inmediatamente, por decir la verdad, las mujeres mineras, además de vejadas, fueron expulsadas del Congreso. Mientras, desde su escaño, la mujer más indigna de representar al pueblo español, al que insultó con su tristemente famoso “que se jodan”, Andreita Fabra, hija del presunto ladrón y cacique de Castellón Carlos Fabra, mantiene intactos sus derechos a gritar, insultar y vejar a quien se le ocurra desde su escaño. Unas, fueron expulsadas inmediatamente. Otra, necesitó cuatro días para fabricar una excusa mentira y para recibir un cariñoso tirón de orejas por “revoltosa”.

Diario Progresista